Llevo tiempo viendo cómo varios autores tratan de vendernos sus relatos claramente Fantásticos como Ciencia Ficción, intentando aprovechar la completa ruptura del mercado de la literatura especulativa que han conseguido obras como Tres enanos y pico, de Ángel Sanchidrián, o las últimas entregas de la saga Star Wars, en las que cuesta encontrar el punto en el que la ciencia se convierte en especulación.
Uno de los casos más oscuros de esta nueva corriente, no tanto por la obra como por su autor, es el caso del relato «El Pulporno», de Israel Alonso, un afamado cantautor gaditano que además de escritor aficionado, es dueño de una empresa de paquetería especializada en envíos de libros a la zona norte de la península.
El Pulporno cae desde la negrura del firmamento, invisible para todos los rastreadores, directo en mitad de la batalla. Sus kilométricas extremidades, sus tentáculos, se clavan en el asfalto y los edificios como cuchillos en mantequilla caliente.
Con este tipo de párrafos, en los que claramente nos muestra a pulpos gigantes cayendo del cielo y que bien podrían ser el principio de Piratas del Caribe XIX, el autor intenta hacernos creer que su historia se basa la visión de un posible futuro en el que la tierra es atacada por extrañas criaturas que mezclan cefalópodos con robots sexuales.
Como dice la que para mí y para muchos es la mayor experta en literatura de género de España, Lola Robles, en su ensayo En regiones extrañas: un mapa de la ciencia ficción, lo fantástico y lo maravilloso, una de las definiciones de lo que es la Ciencia Ficción que más le gusta, es la de Gabriel Trujillo Muñoz (1991):
Una narrativa que toma en cuenta el saber científico para la elaboración de propuestas imaginativas que pregonen los problemas inherentes a la condición humana cuando esta se ve enfrentada a cambios y rupturas en todos los órdenes de la existencia.
En esa definición, preciosa por cierto, no veo que tenga cabida un futuro imposible que solo puede ser obra de la mente perturbada de una persona capaz de sacrificar su prestigio profesional por lucir un, debo reconocer, bellísimo bigote.
Y cuando parece que esto no puede ir a peor, empieza con frases inconexas que mezclan el Transhumanismo, con la religión y con nombres de personajes que suenan a X-Men.
Los Transhumanistas están haciendo públicos todos los datos de defensa en una maniobra hacker sin parangón. Él nos amparará cuando todo sea noche. El que cree en Él vivirá más allá de la vida. Iglesia de la Redención. Hemos sido nosotros. Braisntorm y Beowulf han detonado la bomba desde dentro.
Podría seguir poniendo ejemplos durante toda la noche, el relato en sí es un ejemplo de Fantasía Oscura que poco o nada tiene de Ciencia Ficción. Intenta colarnos alguna frase con palabras que le suenan a tecnología, pero ni en esas contadas ocasiones lo consigue:
—Yo cambié mis retinas por tecno-retinas. Lo hice yo solo, sin ayuda de nadie, siguiendo los postulados teóricos de Jorge Schwartz, Samuel Brunt o Eloisa Sven.
Y para terminar esta primera parte de la entrada, que no es más que una crítica a todo aquel que pretenda engañar a los pobres lectores que confiamos nuestros sueños a las plumas de los escritores, os muestro el párrafo en el que el autor intenta jugar con nuestros sentimientos, para camuflar lo que el relato es en realidad, una historia de monstruos.
Sigo la dirección de los ojos del niño y compruebo que está viendo al monstruo, al asesino de papá, que se mece a lo lejos entre las nubes provocando más explosiones a su paso.
Hasta aquí, todo es discutible, incluso podemos calificarlo como una pequeña diferencia de criterio. Pero desde que he empezado a investigar a Israel Alonso, he recibido decenas de mensajes privados denunciando su manera de actuar, sobre todo la manera en la que explota a sus trabajadores/as.
Hasta hoy, no me he atrevido a publicar nada, necesitaba que un testigo real diese la cara y al final lo he conseguido. Una de sus trabajadoras se va a jugar su puesto de trabajo con tal de terminar con la impunidad de este señor.
Nieves Delgado (Barcelona, 1992) es licenciada en Astrología y Homeopatía por la Universidad de Ohio y actualmente compagina su trabajo como profesora de canto Gregoriano en la parroquia de su pueblo, con su trabajo como repartidora en la empresa de paquetería Hydra, de la que Israel Alonso es administrador. Lleva más de 5 años escribiendo relatos sobre robots que hablan y se mueven hacia los lados y es considerada como una de las mejores escritoras de Fantasía Científica de Teruel.
Me prometió un contrato de trabajo y que iba a distribuir mis libros.
¿Cómo conociste a Israel Alonso?
Fue durante la Alerta Ovni 2012, en Valladolid, un evento al que llevo asistiendo desde que mi ídolo, Iker Jiménez, se decidió a crearlo para todos los que lo seguimos desde sus inicios.
Casualmente, Israel Alonso era el encargado de la megafonía del evento, nuestras miradas se cruzaron, reconozco que su bigotillo me cautivó desde el principio. Él me ponía ojitos y no pude resistirme a sus encantos. Terminó prometiendo que iba a distribuir mi obra por toda Europa, que me fuera con él a Cádiz, donde supuestamente acababa de montar una editorial.
¿Cuándo te das cuenta de que todo era una estafa?
Empecé a sospechar cuando se realizó el primer pedido de mi ópera prima, «36», la historia de un robot que quería ser valiente. El pedido era de un apuesto joven de Bilbao e Israel me mandó en bici desde Cádiz, con lo que tardé más de 1 mes en poder entregarlo (y otro de vuelta).
¿Lo cuentas tú, o lo cuento yo?
Pues sí, yo escribí «El Pulporno», una historia que mezcla Fantasía Épica con algo de Terror. Israel me prometió que me iba a hacer famosa, pero en vez de eso, modificó mi relato introduciendo frases sin sentido, lo calificó como Ciencia Ficción y se lo envió a su prima, Cristina Jurado, que terminó publicándolo en la revista Supersonic dentro de Exilium, una supuesta ambientación conjunta.
Así que hay varios implicados en toda esta trama…
Sí, tanto Cristina Jurado, como Miguel Santander, como Juan González Mesa, como Antonio González Mesa, están metidos en el ajo.
Y ahora, ¿qué crees que va a pasar?
Pues el mejor escenario que logro imaginar es que me despida y me deje tranquila. He visto casos de compañeros que han sido visitados por «Los Miami» después de traicionar a Israel. Solo espero que todo esto sirva para algo.
Por mi parte, solo me queda agradecer la valentía de Nieves y hacer un llamamiento a la movilización de las redes sociales. Terminemos con este personaje de una vez por todas.
Origen
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menuda te va a caer, yo que tu no abriria ningun paquete de Hidra por si las moscas jajajajaja
Ya no resido en España.
Hay que acabar con estas tropelías, en serio.
¡Únete a la lucha compañero!
Que dice 36 que ya no se va para los lados. Que le han arreglado no sé qué botón y que puedes ir a comprobarlo cuando quieras.
¿Está bien engrasado?
Y yo qué sé. A mí no me deja tocarlo.
Hay que lubricar bien esos botones Nieves, que luego no funcionan.