- Título: Rebelión 20.06.19
- Autor: Javier Miró
- Editorial: Triskel Ediciones
- Colección: Micro
- Formato: bolsillo
- Nº de páginas: 295
- Ilustración de cubierta: María Emegé
- Fecha de publicación: mayo de 2019
- Fecha de lectura: junio de 2019
- Enlace de compra: Amazon
Hoy empieza la Rebelión. Hoy, en algún lugar de Madrid van a decir “no”, ahora que han vencido, se van a negar a ceder su victoria a los de siempre. Hoy, 20.06.19, los plometas se niegan a entregar sus armas al ejército y empieza la Rebelión. Eso en Madrid, no sabemos qué ha ocurrido en el resto del mundo. Pero eso no será en el Madrid de nuestro hilo temporal, puede que sea el de otro, donde hace años empezó una guerra contra esos invasores que no se sabe de dónde vinieron.
Esta es la historia de Alex el Mono. Un superviviente, un niño obligado a resistir, un soldado, un rebelde. Esto es Rebelión 20.06.19, la primera novela de Javier Miró que Triskel reedita para inaugurar su colección Micro.
Narrado con juegos de la memoria, el libro me ha llevado al Bionautas de Cristina Jurado, una narración reconstruida en el orden de la memoria: consistente para quien lo vivió, pero que exige del lector un papel activo, de dejarse llevar por ese marasmo de sueños mezclados con recuerdos. Porque, en este caso, son los recuerdos de Alex los que van y vuelven en un orden caprichoso, marcado por su inconsciente. Y son recuerdos que se mezclan con su consciencia que va y vuelve, empapándose del momento presente del protagonista, hasta un punto que no sabes dónde estás, y tampoco te importa.
Javier Miró consigue contener muy bien las emociones y las vivencias del protagonista. Te lleva a esos momentos que duelen, que son definitorios. A esas verdades que atormentan y definen al Mono. Tormento por lo perdido, por los errores, por lo que pudo ser… Javier no se ensaña en esos momentos, lo hace en otros, donde las páginas escupen sangre al lector. La verdad es que lo pasé muy mal leyendo el libro. Buscaba aire, buscaba lagunas de felicidad y calma. Pero no, la novela no va de eso, va de resistir, y en la supervivencia no hay tiempo para lo bello. La felicidad es un recuerdo doloroso de la memoria, y solo se te permite conocerla si ahogas tu consciencia en alcohol, o lo que sea.
No soy lector habitual de estas historias, me lancé porque tenía ganas de leer algo de Javier, y esperaba algo más, no sé, happyflower, esa positividad y buen rollo que transite Javier Miró, pero no… su yo escritor es oscuro y llega para revolvernos el alma. Te odio, Javier Miró.
Bueno, le he preguntado a Javier de donde ha sacado ese monstruo: “Pues, la verdad, no tengo ni idea. Yo también tengo mi lado oscuro y, aunque siempre trato de ver la parte positiva de las cosas, al final mis escritos tienen tendencia a la oscuridad, tanto en novela como en relato. Rebelión es muy tétrica, así como mi tercera novela, que sale a principios de 2020. Y la cuarta, que estoy escribiendo ahora mismo… también algo parecido. Cada una oscura a su manera. Eso sí, La Armadura de la Luz, mi segunda, es bastante happy y vitalista.”… ¿Me equivoqué de libro con el que empezar a leer a Javier?
Lo reconozco, leí Rebelión 20.06.19 con cierta mala intención. No la tomé con ojos de lector, sino de escritor. Como supongo que sabéis, el libro es una reedición de su primera novela, que Triskel ha lanzado para celebrar la llegada de esa fecha: 20.06.19. Esta nueva edición no es una reimpresión, ni una revisión ligera. Sino que Javier Miró se ha enfrentado a una revisión profunda y a una reescritura que lo han llevado a eliminar casi la mitad de palabras de la primera edición. En este artículo el mismo os lo cuenta. Yo, en mi maldad, me pregunté, todo eso que Javier Miró nos recomienda en sus videos en su canal de Youtube y en Autorquia.
Vale, no soy tan cabrón. De hecho, me apetecía ver como Javier había crecido en los diez años que separan la primera escritura del libro con esta nueva edición. Quería ver si, en la lectura, encontraría todas esas lecciones de buen escritor. Y os diré que sí, que lo ha logrado.
La narración es fluida, la acción es dinámica y los personajes están bien contados. Como decía antes, las emociones están contenidas y dejan que los lectores nos desgarremos solos. La estructura es compleja: a simple vista podría parecer una concatenación de momentos presentes y flashback a modo de recuerdo. Como apuntaba antes, hay un muy buen trabajo de injertar los recuerdos en la consciencia presente de Alex, el protagonista.Y eso, fácil, fácil, no es. Hace unos días, David B. Gil me contaba, como si no tuviera mérito, que eso era tan fácil como que el escritor tiene enfrente todo el dibujo de lo que ocurrido y cómo ha ocurrido, y que, en la narración, nos va a dejar ver solo lo que le interesa que veamos. Y eso NO ES FÁCIL. Eso pide de técnica, trabajo y talento. David B. Gil lo tiene, Javier Miró también.
A ver, que la novela no es perfecta. Creo que si Javier plantease ahora la novela desde cero algunos planteamientos los abordaría de forma distinta, pero eso es un mérito del libro. Tenemos una novela escrita a cuatro manos, con lo bueno y lo malo de sus dos autores: el Javier Miró que hace 10 años, a los pocos meses de llegar a Madrid, empezó a escribir una novela donde la destruía; el Javier de hoy, que ha crecido, leído, escrito. Enfrentarse a uno mismo no me parece nada fácil, Javier parece que lo lleva mejor: “En absoluto. Ha sido un acto complejo, arduo a veces, pero completamente liberador. Ha merecido la pena al 100%.”
Ucronía distópica apocalíptica… Hay quien diría postapocalíptica, pero no, es una novela de cuando todo cae, cuando el mundo se destruye, cuando el quiénes fuimos se pega dolorosamente, como goma fundida a la piel, en el quiénes somos. Donde aún no existe el quién seremos.
Mientras la leía, mi mente se va a la ucronía apocalíptica de Pau Varela: Pandora Despierta. Las novelas tienen poco que ver, la de Pau va de extraterrestres asolando Barcelona, pero ambos libros construyen una sociedad que se destruye a si misma, más allá de los ataques externos (una sociedad que se parece peligrosamente a esta en la que vivimos). También me lleva a un momento de nuestra literatura, hace media década, donde ese tipo de novelas estaban en boga. Le pregunto por eso también a Javier: «Es cierto que las distopías estaban pegando muy fuerte cuando escribí Rebelión 20.06.19 (2009), pero mi motivación venía de los libros que más me habían marcado entonces. Un mundo feliz, Farenheit 451, 1984, todos los tenía muy recientes y yo también quería lanzarme a escribir sobre un futuro tirando a oscuro. Lo que ocurre es que a la vez quería mostrar algo realista, posible. Y salió Rebelión».
No sé si es una leyenda literaria, pero se cuenta que el editor de George Orwell le cambió el título del libro de “1948” a “1984” porque esa fecha era ya ucrónica (el libro se publicó en 1949) y eso podía quitar interés a los lectores. Desconozco si los editores de Triskel se plantearon cambiarle la fecha, pero creo que me gusta vivir con esa losa encima: 19.06.20. Porque ese Armaggedón que construye Javier Miró podría empezar en cualquier momento, porque vivimos en un mundo que lo hace posible, y necesitamos alertas, como esta, para no relajarnos y evitar que pueda suceder.
Ahora es cuando os hablo de ser padre. Y es que me planteé, en algún momento del libro, cómo actuaría si, mañana, empezara esa guerra de la que no sabemos nada y la comida empezara a escasear. Cómo sobrevivir, cómo hacer fuerte a mi hijo para que sobreviva, y nos sobreviva. Hace años hubiese pensado que no vale la pena sobrevivir, pero ahora voy a hacer prácticas de tiro, o de lanzamiento de hacha, que creo que me pega más.
Por cierto, leed Rebelión 20.06.19.
Valoración
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8/10
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8/10
LJSalart
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