El largo viaje a un pequeño planeta iracundo
Datos del libro:
- Título: El largo viaje a un pequeño planeta iracundo
- Autor: Becky Chambers
- Traductor: Alexander Páez
- Editorial: Insólita editorial
- Formato: Rústica
- Idioma original: inglés
- Número de páginas: 502
- Fecha de publicación: enero 2018
- Fecha de lectura: enero-febrero 2019
- Enlace de compra: papel
- Premios: Prix Julia Verdaguer (2017). Finalista British Fantasy Awards a la mejor autora debutante (2016). Finalista Premio Arthur C. Clarke a mejor libro de ciencia ficción (2016). Premio Amaltea 2018 Los Otros Autores (a la traducción).
Becky Chambers
“El largo viaje a un pequeño planeta iracundo” es el libro que me hubiese gustado escribir, por su contenido de ci-fi social dura y por su mensaje esperanzador. Supongo que es algo que compartimos los que crecimos con la nueva generación de Star Trek, Becky Chambers incluida (la autora ha hablado muchas veces de la influencia de The Next Generation en su novela).
La saga galáctica, puede que a excepción de la actual Discovery (podemos debatirlo), tiene ese tono luminoso y esperanzador. La humanidad somos una especie unida entre nosotros (bueno, al menos hemos dejado de aniquilarnos) y aliada con otras especies sapientes (uso aquí ya un concepto Chambers) que tiene la misión de seguir explorando el universo y tejer alianzas con nuevas civilizaciones. Mi yo adolescente se emociona al recordar las cenas viendo Star Trek (mis padres fueron muy pacientes), y esas sensaciones han vuelto mientras leía el largo viaje.
Y es que la nueva generación y el largo viaje comparten, además, el hecho de ser una novela de ciencia ficción social dura. O ciencia social ficción dura, o como os apetezca llamarla. Muy a menudo reducimos la ciencia ficción a las ciencias físicas y biológicas, a todo lo que suene a cuántico y astrofísico y bio… “El largo viaje a un pequeño planeta iracundo” tiene de esa ciencia, aunque creo que Chambers los usa como excusa y palanca necesaria para poder desarrollar toda la ciencia social dura que se esconde detrás. Identidad, alteridad, sexualidad, existencia, familia, vida, libertad, justicia, verdad, política… muchos de los grandes temas de debate en sociología, antropología, ciencia política o psicología social aparecen en los conflictos que la Peregrina se encuentra a lo largo de su periplo.
Vale. Empiezo el cuarto párrafo y aún no he contado de qué va el libro. Os dejo el enlace al sitio web de insólita editorial con info y enlace de compra. Este es el resumen que nos ofrecen:
Un profundo road trip literario de personajes complejos y tridimensionales con los que cualquier lector, humano o alienígena, se podrá identificar.
Rosemary Harper se une a la tripulación de la Peregrina, una vieja nave tuneladora, sin saber muy bien qué esperar de su primer trabajo. Aunque la nave ha visto tiempos mejores, le ofrece un pequeño lugar al que llamar hogar durante un tiempo, algo de aventura en los confines más alejados de la galaxia y, lo que es más importante para ella, la oportunidad de dejar atrás su pasado.
La tripulación está compuesta por individuos de diferentes planetas, especies y géneros; desde Sissix, la amistosa piloto reptiliana, a Kizzy y Jenks, los ingenieros que mantienen la nave en funcionamiento; pasando por Lovey, la IA de la Peregrina. La vida a bordo es caótica, aunque bastante relajada: justo lo que Rosemary necesita.
Hasta que les ofrecen el trabajo de sus vidas: la oportunidad de construir un túnel hiperespacial a un lejano planeta. Si completan el encargo, ganarán el suficiente dinero para vivir holgadamente durante años… Pero antes deberán sobrevivir al largo viaje a través de los confines del espacio.
Sin embargo Rosemary no es la única persona a bordo con secretos que ocultar, y la tripulación pronto descubrirá que el espacio puede ser vasto, pero las naves espaciales son muy pequeñas.
Tras mi intro creo que va a parecer que “El largo viaje a un pequeño planeta iracundo” es un tostonazo, y no, es un road trip donde conoceremos a personajes fantásticos y donde tendremos acción y buenos momentos. Chambers trabaja esos conceptos de las ciencias sociales, que dan para enormes tratados sociológicos, de tal modo que se convierten en tramas dinámicas.
Creo que fue Concha Perea quien comentó que la novela le recordaba a Firefly. Es cierto que la Peregrina se parece más a la Serenity que al Enterprise, tanto en el tipo de nave como en las misiones y tripulación. Hay que reconocer que las aventuras de la Peregrina no serán lo más trepidante que has leído, pero tampoco es algo que el libro necesite o busque. La novela es lo que promete su título: “El largo viaje a un pequeño planeta iracundo”.
Los personajes, más allá de su dimensión social y cultural como especies, son un magnífico ejercicio de intentar crear especies sapientes (me encanta el concepto sapiente tal y como lo usa Chambers –y Páez en su traducción– para definir a las especies con inteligencia superior) biológicamente diversas. El ejercicio de Chambers para huir del antromorfismo es encomiable y prefiero que los descubráis al leerlo. Prefiero poneros este fan art de la tripulación de la Peregrina para que os entre el apetito de la curiosidad.
Elsa Varland. Fan art de la tripulación protagonista de “El largo viaje a un pequeño planeta iracundo”.
La novela no es redonda. Y en algún momento parece que la autora se ha olvidado de personajes y los rescata de golpe, o esa sensación me dio la trama de Corbin. Aunque también es cierto que no es fácil componer una obra tan coral donde el título de protagonista se lo llevan, tranquilamente, cuatro o cinco personajes. Y me he quedado con ganas de más Peregrina, así que bailo de felicidad con el anuncio de Insólita de la próxima publicación de la segunda novela de la saga de la Peregrina. Mientras espero, dejaré correr por mi imaginación: vamos a tunelar un rato más.
https://twitter.com/InsolitaEdit/status/1095706478978232325
Por cierto, no quiero terminar sin hablar del trabajo de traducción de Alexander Páez. Creo recordarle hablar de los retos de traducir algunos de los conceptos que aparecen en la novela, como el de “gillalacran” o la elección del término “sapiente”. También es de agradecer como ha sabido mantener en cada personaje su registro de lenguaje y leer a un “tec” diciendo cosas como “sip” es un gustazo lingüístico. Quien me haya leído antes sabe de mi TOTAL debilidad por las traducciones de Alexander, pero en esta no soy el único, ya que su trabajo fue merecedor del premio Amaltea 2018 Los Otros Autores.
Antes de ir con los spoilers, os dejamos con la participación de Becky Chambers en el Celsius 232 de 2018 en este vídeo de Sense of wonder.
De cuando Becky Chambers me rompió el corazón y me enseñó unas cuantas cosas del oficio de escritor.
ALERTA: Lo que sigue incluye MUCHOS spoilers, los que no habéis leído la novela, dejadlo aquí.
SebasP. Fan art de la tripulación protagonista de “El largo viaje a un pequeño planeta iracundo”.
Hace unos días publicaba este tuit.
Hola. Estoy terminando 'Un largo viaje a un pequeño planeta iracundo' (@InsolitaEdit). Chambers ha metido la mano en mi pecho y ha apretado fuerte hasta partirlo en un suspiro final. Esto va a necesitar algo de reposo y una reseña en @OrigenCuantico para asimilarlo.
— LJ Salart (@LJSalart) February 9, 2019
Acababa de terminar “Reinicio completo”. Con ese capítulo me pasó algo que no recuerdo que me haya sucedido antes: la necesidad de tapar con la mano el final del capítulo para no leer por accidente la resolución: porque necesitaba leerla, pero no quería adelantarme, porque me daba miedo que esa última frase no fuera la que esperaba.
―Saludos. Mi nombre es Lovelace. Es un placer conocerte.
Y aquí, Chambers me destrozó. Para los que vayáis despistados: Lovey, la IA de la Peregrina, muere al no poder recomponerse tras el ataque de la nave toremi, y se reinicia con una personalidad virgen. Me gustaría dedicar unos párrafos a analizar cómo lo hizo, como aprendizaje de autor.
Lovey como personaje al que amar. Puede que uno de los momentos más sorprendentes de la lectura fuese el capítulo donde Jenks comparte intimidad con Lovey: la intimidad de una conversación de pareja, pero también la intimidad física del tec en el núcleo de Lovey. No es algo que no hayamos visto o leído antes, pero Chambers lo introduce de tal modo que pasas de la sorpresa a la total complicidad con los amantes, en su amor casi clandestino. A través del amor de Jenks, amamos a Lovey y compartimos sus anhelos de futuro. Y aquí sufres por lo que les pueda pasar, pero crees que los conflictos serán distintos. Aquí Chambers consigue una buena estrategia de distracción.
Finales felices. Chambers nos engaña, el viaje de la Peregrina es relativamente apacible y los momentos de dificultad los resuelve para bien de los personajes. Así que quieres dar por sentado que Lovey se salvará del reinicio completo… pero no.
El giro. Y es que en el capítulo del reinicio, sufres con el dolor de Jenks, sientes la ansiedad de Kizzy por no poder hacer nada más, se te encoge el corazón con las palabras de Lovey… Y esperas que Becky Chambers la salve, que la salve como ha salvado a Asbhy del ataque de los piratas, o a Corbin de la prisión, o a Pei de las bombas. Pero no, Lovey se va.
¿Matar a la IA como recurso fácil? Puede parecer que matar a la máquina es lo fácil, Chambers cree que debe hacer pagar a la Peregrina algún precio y escoge al personaje más distante, el que simplemente son bits, unos y ceros, o como sea que programen allí. Pero no, elige al personaje que queremos pero que creemos, erróneamente, que su existencia va ligada a la de la nave, por extensión, a todos sus tripulantes. Elige a quien no esperamos, a quien pensábamos que estaba segura, a quien amamos. Y nos golpea.
Chambers nos golpea. Nos regala un final feliz con regusto triste. Y creo que esa sensación hace que sea complicado despedirse de la Peregrina y sus tripulantes.
Valoración
-
- 7.5/107.5/10
LJSalart
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En efecto, «El largo viaje a un pequeño planeta iracundo» es una muestra de optimismo en un universo pesimista, donde la xenofobia existe, pero es censurada; la humanidad por fin ha aprendido humildad, a costa de ser poco más que parias (el universo no antropocentrista de Becky Chambers); y los seres más amables son aquellos que han padecido tragedias.
Y en mi opinión, que Chambers hiciera ese (spoiler del que has hablado) me parece todo lo contrario salvo fácil. O simple. Más bien (a ver cómo lo digo sin revelar XD) es arrebatar lo único que estaba a salvo en la Peregrina, esa constante con la que todos parecían contar.
Una gran novela, sí, señor. Tengo la segunda en inglés subiendo rápido en la pila de pendientes. A ver si es tan buena como la primera, difícil, por que El largo viaje ha sido una sorpresa muy gratificante.